Usiacurí está formando por los términos Usía que significa Señoría y Curí, nombre del cacique que habitaba ese lugar.
Foto: Sofía Rivera Morales
CBP – Usiacurí
Usiacurí… El pesebre del Atlántico.
Hay lugares que esconden una magia sin igual. Que, sin tantas pretensiones, reúnen las tradiciones, la belleza, y un encanto que despierta en nosotros el deseo de visitarles una y otra vez. Es el caso de Usiacuri, un pueblo que parece sacado de un cuento, donde el cielo es más azul que en cualquier otro lugar, y en cuyas calles se respira una magia indescriptible.
Usiacurí, se encuentra en el departamento del Atlántico, a 40 minutos de la ciudad de Barranquilla y es, sin duda, un destino turístico ineludible, y un ejemplo de desarrollo sostenible.
Es difícil escoger allí, donde ir primero. Si a la iglesia Santo Domingo de Guzmán, que se yergue imponente, dando la bienvenida a propios y a turistas. Esa, es una parada obligada. Desde allí, se pueden contemplar los techos coloridos, que forman un bello mural que enmarca el horizonte.
Las tiendas de artesanías de este pueblo colonial que data de 1745, cuentan la historia de nuestros ancestros, esa maravillosa historia que ha sido tejida en palma de iraca.
Usiacurí está formando por los términos Usía que significa Señoría y Curí, nombre del cacique que habitaba ese lugar.
Foto: Sofía Rivera Morales
En 1596 Usiacurí aparece como encomienda de Alonso de Montalván
Foto: Sofía Rivera Morales
Los colores del Atlántico
Foto: Gobernación del Atlántico
Usiacurí un lugar de ensueño
Foto: Alcaldía de Usiuacurí
La última morada del poeta romántico Julio Flórez
La Casa Museo Julio Flórez, con su arquitectura vernácula del S XIX, permite que la musa que inspiró al poeta romántico (1867-1923), que terminó sus días en Usiacurí, nos invada un poco. Conectar con cada detalle este espacio, y casi que escucharle recitar uno de sus poemas:
“Y sin embargo ¿dices que me amas?
No, no es amor lo que hacia mí te mueve
El amor es un sol hecho de llama
Y en los soles jamás cuaja la nieve”
Otra opción fascinante es, sin duda, llegar a los pozos minerales. Sus aguas son “benditas” para tratamientos medicinales. Y si lo que se quiere es dar rienda suelta al espíritu aventurero, conectar con la flora y la fauna, y practicar senderismo, la reserva natural Luriza, es lo ideal.
Las calles adoquinadas, sus casas pintorescas, los murales maravillosos, las trinitarias, o veraneras, como les dicen en la sabana, hacen de Usiacurí un lugar de ensueño. Un lugar tan versátil y asombroso, que nos muestra algo distinto en cada visita.
Usiacurí, es El Pesebre del Atlántico. El lugar donde, por un momento, la realidad se confunde con la fantasía.
Por: Sofía Rivera Morales
Licenciada en Lenguas Modernas, especialidad Inglés- español. Aspirante a título de Magister en Administración y Planificación Educativa. Apasionada por la gestión cultural.
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